La Tuberculosis, conocida antiguamente como Tisis, es una infección bacteriana contagiosa con más prevalencia en el mundo que compromete principalmente los pulmones, pero puede propagarse a otros órganos. El hacinamiento, la deficiencia en los sistemas de salud y el SIDA son las principales condicionantes para el desarrollo de ésta enfermedad que fue descubierta el 24 de marzo de 1892 por el Dr. Robert Koch, quien detectó el agente causal al que se denominó Bacilo de Koch, en su honor.
Para saber si tienes Tuberculosis, debes estar alerta a los siguientes síntomas:
1. Tos,
2. Pérdida de peso,
3. Transpiración nocturna,
4. Febrículas vespertinas,
5. Malestar general,
6. Expectoración con sangre,
7. Alteraciones en la función pulmonar,
8. Limitación en el esfuerzo físico.
Estos síntomas varían de acuerdo a la presentación o localización de la enfermedad y al estado inmunitario del individuo.
El Bacilo de Koch provoca la inflamación del tejido pulmonar, manifestándose en un cuadro respiratorio neumónico, que provoca agrandamiento ganglionar y lesiones cavitarias en el pulmón, en donde los bacilos tuberculosos se reproducirán activamente. En una lesión de este tipo, existen más de 1000 millones de bacilos, que evacuan al exterior para contagiar a otro individuo.
El contagio se produce por vía aérea, debido a la salida de partículas cargadas de bacilos que son eliminadas por los individuos enfermos cuando tosen, estornudan o escupen y que son inhaladas a su vez por personas sanas.
Las acciones a tomar con un paciente con Tuberculosis son:
-Identificar al sintomático respiratorio,
-Diagnosticar,
-Tratar tempranamente al paciente,
-Colocar una mascarilla facial al paciente, para evitar la salida de los bacilos al medio ambiente.
El tratamiento es la quimioterapia, aunque con el tiempo, se ha producido un aumento de resistencia a los medicamentos, lo que dificulta la erradicación de la enfermedad y ha provocado la aparición de la Tuberculosis Multidrogoresistente. La quimioprofilaxis y la vacunación con BCG, que fue recomendada para disminuir la mortalidad infantil por tuberculosis, tienen un escaso impacto epidemiológico, y no actúan directamente sobre las fuentes de infección. El médico tratante, debe ofrecer un buen tratamiento para lograr la curación de todos los casos contagiosos.
